Meditación Profunda
La mayoría de la gente cree que para "pensar en profundidad" hay que
acomodarse en una sala vacía, aislarse de las demás personas y asuntos
y colocar la cabeza entre las manos. Pero como eso les parece demasiado
difícil, concluyen que se trata de una cualidad exclusiva de los "filósofos".
Sin embargo, como dijimos en la Introducción, Dios convoca a todos a
meditar y dice que reveló el Corán para gente que reflexiona: Una
Escritura que te hemos revelado, bendita, para que mediten en sus versículos
y para que los dotados de intelecto ponderen sus signos y los tomen en
cuenta (Corán, 38:29). Lo importante es que la actitud sincera
del individuo mejore y profundice la capacidad de la meditación.
Por otra parte, la gente que no invierte tiempo y esfuerzo en ese logro,
continuará sumergida en un grave "descuido". Este término connota con
"negligencia", "abandono", "equivocación", "indiferencia", "desatención".
El estado de descuido de quienes no reflexionan es consecuencia de la
desatención o despreocupación deliberada respecto al propósito de su creación
y las realidades que enseña la religión. Ese es un curso de acción extremadamente
peligroso que puede conducir al infierno. En consecuencia, Dios ha advertido
a los individuos para que no se ubiquen entre los desatentos o descuidados:
Invoca a tu Señor en tu interior, humilde y temerosamente,
a media voz, mañana y tarde, y no seas de los despreocupados (Corán, 7:205).
Prevénles contra el día de la Lamentación, cuando se
decida la cosa. Y ellos, entre tanto, están despreocupados y no creen
(Corán, 19:39).
Dios se refiere en el Corán a la gente que reflexiona y se vuelve consciente
de la verdad: es aquella que Le reverencia y obedece sumisamente. Dios
dice que están en el error quienes sigan a sus padres como ciegos y sin
mayor discernimiento. Si se les pregunta, dicen que son religiosos y creen
en Dios. Pero como no razonan no rectifican sus conductas y no obedecen
a Dios. En los versículos que siguen se expone la mentalidad de gente
así:
Di: "¿De quién es la tierra y quien en ella hay? Si es
que lo sabéis..."
Dirán: "De Dios". Di: "¿Es que no os dejaréis amonestar?".
Di: "¿Quién es el Señor de los Siete Cielos, el Señor del Trono Augusto?".
Dirán: "Dios". Di: "¿Y no Le tendrás taqwa?
(Taqwa: Conciencia o temor de Dios que inspira a la persona a estar en
guardia frente a los errores y anhelar cumplir acciones que Le agraden)
Di: "¿Quién tiene en Sus manos la realeza de todo, protegiendo sin que
nadie pueda proteger contra El? Si es que lo sabéis..." Dirán: "Dios".
Di: "Y ¿cómo podéis estar tan sugestionados?". Vinimos a ellos con la
Verdad, pero mienten, sí. (Corán, 23:84-90).
El Meditar Extirpa el Hechizo que Afecta a la Gente
Dios dice en el versículo anterior, ¿cómo podéis estar tan sugestionados?
El término "sugestionados" implica en el versículo un estado de torpeza
que se apodera normalmente de las personas. La mente que no razona se
encuentra entorpecida, con una visión enturbiada, no tiene en cuenta los
hechos ante sus ojos y la facultad de comprensión se presenta debilitada.
Se vuelve incapaz de comprender incluso una verdad sencilla. No puede
ser consciente de los hechos extraordinarios que suceden frente a él.
No advierte los intrincados detalles de los sucesos. La razón por la que
generación tras generación de individuos llevan una vida desatenta durante
miles de años y en general no reflexionan nunca, copiando todo como si
fuese, simplemente, una "herencia cultural", es en realidad ese embotamiento
mental.
Con un ejemplo podemos explicar una de las consecuencias de este hechizo.
Por debajo de la superficie de la Tierra existe un "estrato en ebullición"
llamado "magma". La corteza del planeta es muy delgada, lo cual implica
que esa masa incandescente está muy cerca de nosotros, bajo nuestros pies.
Con el objeto de comprender mejor el espesor de la misma, podemos hacer
una comparación: la relación de la corteza con el diámetro del planeta
es la que existe entre la cáscara de la manzana y el diámetro de la fruta.
|
|
Como
se ve en el gráfico de arriba, debajo de la corteza
terrestre se encuentra el estrato de magma. Debido al
movimiento de las capas por debajo de la superficie, el
magma se filtra a través de la corteza terrestre
y se producen las erupciones volcánicas. La lava
que sale a borbotones del volcán del Monte Etna
en Italia en 1992, se la ve como un río de fuego
(abajo) |
|
Todos saben que ese estrato en ebullición debajo de la superficie posee
una temperatura muy elevada, pero casi nadie se preocupa por ello, lo
tiene en cuenta o se interroga respecto de su existencia. Eso se debe
a que sus padres, hermanos, parientes, amigos, vecinos, periodistas, programas
televisivos y profesores universitarios no se ocupan de ello tampoco.
Vamos a intentar que el lector reflexione un poco sobre esto. Supongamos
que una persona después de perder la memoria intenta saber qué tiene a
su alrededor y entonces se lo pregunta a quien está en su entorno. Primero
buscará saber en qué lugar se encuentra. ¿Qué pensaría si se le dice que
por debajo del lugar en el que está parado existe una masa ígnea que en
cualquier momento podría hacer brotar llamas en la superficie terrestre,
como consecuencia de un terremoto o una erupción volcánica?
Avancemos un poco más y supongamos que a dicha persona se le dijo que
este mundo, simplemente, es un pequeño planeta flotando en un universo
oscuro e infinito llamado "espacio", en el que los peligros son mayores
a los del substrato terrestre. Por ejemplo, los meteoritos, que pesan
muchas toneladas, se mueven libremente por las amplitudes celestiales.
Nada impide que en algún momento puedan alterar sus cursos debido a diversos
motivos y entrar en colisión con la Tierra.
Seguramente la persona a la que nos referimos tendrá permanentemente
en cuenta la situación insegura en la que se encuentra y tratará de enterarse
cómo se mueven los demás en ese medio tan crítico. Comprobará que en realidad
es partícipe de un sistema perfectamente apropiado.
El interior del planeta en el que vive entraña una gran amenaza. Pero
la existencia de un equilibrio muy delicado impide que llegue a dañar
a la gente, con la excepción de circunstancias extraordinarias. Quien
comprende esto, sabe que la Tierra y todas las criaturas en ella continuarán
subsistiendo de modo seguro sólo por voluntad de Dios, debido al equilibrio
adecuado que El ha creado.
Este es sólo un ejemplo de entre los millones o miles de millones sobre
los que la gente necesita reflexionar. Otra anécdota nos ayudará a comprender
cómo la desatención afecta la facultad de reflexión y limita la capacidad
intelectual.
Todos saben que la vida en este mundo se disipa y acaba rápidamente.
Pero, no obstante, los individuos se comportan como si nunca abandonarán
este mundo, como si nunca se morirán. En verdad, esta concepción es una
especie de "hechizo" que pasa de generación en generación. El efecto de
esta forma de pensar es tan fuerte, que al hablarse de la muerte la mayoría
cambia de tema de inmediato por miedo a que se rompa el hechizo y haya
que enfrentar la realidad. Quienes toda la vida se ocupan de comprar buenas
casas, residencias de verano, automóviles y enviar a los hijos a buenos
colegios, no quieren pensar que un día morirán y no podrán llevarse todas
esas cosas con ellos. Pero en vez de empezar a hacer algo para la verdadera
vida después de la muerte, prefieren no cavilar sobre el tema.
Sin embargo, todos moriremos, más temprano o más tarde. Y después de
muerto, créase o no, comenzará la vida eterna sin excepción. Que a esta
existencia se la transcurra en el Paraíso o en el Infierno depende de
lo que se haya hecho en la corta vida en este mundo. Aunque esta es la
sencilla verdad, la única razón por la que la gente se comporta como si
la muerte no existiese es ese hechizo que la atrapa debido a que no reflexionan.
Los hechizados, inmersos en un estado de desatención, comprenderán la
realidad al verla con sus ojos después de muertos. Dios comunica esto
en el Corán:
"Estas cosas te traían sin cuidado. Te hemos quitado el velo y, hoy,
tu vista es penetrante" (Corán, 50:22).
Como dice Dios en el versículo, la visión que aquí está empañada debido
a la falta de reflexión, será "penetrante" cuando tenga que rendir cuenta
en la otra vida.
Es de señalar que la gente se autoimpone ese hechizo. Suponen que de
ese modo vivirán relajados y tranquilos. Sin embargo, para cualquiera
es muy fácil tomar la decisión de sacarse de encima ese embotamiento y
empezar a vivir con una conciencia lúcida. Dios ha presentado la solución.
Quienes reflexionan pueden disipar ese encantamiento mientras aún están
en este mundo. Entonces pasarán a comprender que todo lo que ocurre tiene
un propósito y un sentido medular o espiritual y que son capaces de aprehender
la sapiencia existente en los acontecimientos que Dios genera a cada instante.
Se Puede Reflexionar en Cualquier Lugar y Momento
Para reflexionar no se requiere ningún momento, lugar o condición especial.
Cualquiera puede meditar caminando en la calle, dirigiéndose a la oficina,
conduciendo el automóvil, operando la computadora, participando de una
reunión de amigos, viendo la TV o merendando.
Por ejemplo, al conducir el automóvil es posible que nos crucemos con
cientos de personas y entonces ponderemos muchas cosas. Podemos considerar
las apariencias físicas de las mismas y sorprendernos, puesto que si bien
comparten órganos básicos similares, como ojos, cejas, pestañas, manos,
brazos piernas, bocas y narices, son todas distintas. Cavilando un poco
más se llega a recordar lo siguiente: Dios ha creado miles de millones
de personas a lo largo de miles de años, todas distintas entre sí. Por
cierto, esto es parte de la evidencia de que Dios es un Creador superior
y eficaz.
El que observa a los demás yendo de un lado a otro, puede imaginarse
distintas cosas. En una primera observación a cada uno se lo ve como un
individuo "distinto". Cada uno tiene su propio mundo, deseos, planes,
gustos y forma de vida, cosas que lo hacen feliz o infeliz. No obstante,
esas diferencias son engañosas. En general, todo ser humano nace, crece,
va a la escuela, busca trabajo, trabaja, contrae matrimonio, tiene hijos,
envejece, se convierte en abuelo/a y por último fallece. Desde este punto
de vista no hay diferencias entre las vidas de las distintas personas.
Que alguien viva en un barrio de Estambul o en una ciudad de México no
modifica para nada la cuestión. Todos mueren en definitiva. Posiblemente
dentro de un siglo ya no vivirá ninguna de esas personas con las que nos
cruzamos. Quien se da cuenta de esto y sigue reflexionando se plantea
los siguientes interrogantes: puesto que todos moriremos algún día, ¿por
qué actuamos como si nunca nos fuéramos de este mundo? Si se sabe con
certeza que algún día hay que morirse y lo lógico sería esforzarse por
una buena vida después de la muerte, ¿por qué casi todos se comportan
como si nunca finalizara la vida en este mundo?
Una muchedumbre como la que vemos aquí
nos hace reflexionar sobre la singular y amplia creación
de Dios. Desde el momento en que el mundo pasó a existir,
Dios ha creado miles de millones de rostros humanos, todos distintos. |
Quien medita así llega a una conclusión muy decisiva.
La gran mayoría de la gente no piensa acerca de estas cuestiones. Si
se les preguntase de improviso, "¿qué están pensando en este momento?",
se referirán seguramente a cosas totalmente triviales que nos les sirve
prácticamente para nada. De todos modos, el ser humano es capaz de pensar
permanentemente en "cosas significativas", "sabias" e "importantes" desde
que se despierta hasta que se va a dormir y derivar de ello conclusiones
apropiadas.
Dios nos informa en el Corán que los creyentes deben reflexionar y obtener
decisiones beneficiosas de lo que medita:
En la creación de los cielos y de la tierra y en la sucesión de la noche
y el día hay, ciertamente, signos para los dotados de intelecto, que recuerdan
a Dios de pie, sentados o echados, y que meditan en la creación de los
cielos y de la tierra: "¡Señor! No has creado todo esto en vano. ¡Gloria
a Ti! Presérvanos del castigo del Fuego" (Corán, 3:190-191).
Como informa el versículo, los creyentes son personas reflexivas, capaces
de ver el aspecto milagroso de la creación y el conocimiento, sapiencia
y exaltada potestad de Dios.
El Individuo Obtiene el Juicio Correcto Volviéndose a Dios
Para que la meditación sea beneficiosa y conduzca a una conclusión correcta,
hay que pensar siempre de manera positiva. Por ejemplo, si alguien se
siente inferior físicamente porque envidia la buena presencia y elegancia
de otra persona, cae en algo que Dios no aprueba. Por el contrario, quien
anhela obtener la aprobación de Dios, considera que el ser apuesto y elegante
es una manifestación de la creación perfecta de Dios, perfección que se
la da a quien El quiere. Entonces le produce un gran deleite verla como
una belleza creada por Dios y pide a El que en el más allá acreciente
su hermosura. Y también pide para sí un esplendor auténtico en el otro
mundo. Se da cuenta que la generalidad de los seres humanos han sido creados
con imperfecciones porque es en este mundo donde se los prueba. Entonces
anhela con mayor intensidad el Paraíso. Lo expresado es sólo un ejemplo
de pensamiento noble y sincero. El ser humano se cruza a lo largo de la
vida con muchos ejemplos como el dado par ver si se manifiesta convenientemente
y con una forma de pensar que sea del agrado de Dios.
El éxito en la prueba y una meditación favorable en el más allá dependen
de las lecciones y advertencias que deduce de lo que reflexiona. Es por
eso que resulta imperativo que el ser humano piense continuamente de manera
correcta. Dice Dios en el Corán:
El es Quien os muestra Sus signos, Quien hace bajar del
cielo sustento. Pero no se deja amonestar sino quien vuelve a El arrepentido
(Corán, 40:13).
|